martes, 13 de agosto de 2013

Sookie Stackhouse, esa gran incomprendida

 I may be a whore, but I'm not stupid.

Sinceramente, nunca entenderé el odio que despierta el personaje de Sookie (Anna Paquin) entre el personal. Tal vez, esta falsa rubia, no se merecía el Globo de Oro a mejor actriz de serie dramática que consiguió en 2009 por interpretar a esta camarera con poderes de Bon Temps. Pero tampoco se merecían un Oscar Julia Roberts o Sandra Bullock. Los premios no son más que una manera de promocionar una serie, y en aquel momento True Blood era lo más.

Un producto de la HBO, creado por el mismísimo Alan Ball (Six Feet Under), basado en la serie de novelas de Charlaine Harris, con un reparto de lo más variopinto encabezado por Paquin y grandes dosis de sexo y sangre, y vampiros... y otras cosas que luego iríamos descubriendo. ¿Cómo no caer rendido ante los encantos de True Blood?

Sookie es la heroína de la historia, el marco de referencia para todo lo que sucede, y no sucede en Bon Temps. Su encuentro con Bill, su posterior relación, su capacidad de leer la mente, su atracción por Eric, el maravilloso sabor de su sangre y su facilidad para meterse en problemas nos ha traído de cabeza durante siete temporadas. Sookie, con su melena rubia, su aire angelical y su carácter levanta pasiones dentro y fuera de la pantalla. 

Muchos no entienden cómo es posible que la inmensa mayoría de los personajes masculinos de True Blood, exceptuando a Jason (aunque el incesto también es una opción), acaben rendidos a los encantos sureños de este medio hada que todo lo puede. Para el recuerdo la frase que soltó cuando descubrió que clase de ser era: "I'm a fairy? How fucking lame". El atractivo de Sookie reside en su inquebrantable fe en la bondad, en una personalidad de acero armado, en su sinceridad, su fuerza y por supuesto, en su físico. 

No estamos ante "la típica rubia" que necesita que le quiten las castañas del fuego cada cuatro minutos. Desde aquel primer capítulo ha crecido y ha descubierto su fuerza y su poder. Algo que evidencia su plan -taimado y silencioso- para envenenar a Warlock con una deliciosa cena. Sookie y su fluctuante sistema de valores dan para largas disquisiciones, tanto se opone al sacrificio de un vampiro como aplica la pena capital a una zorra loba en el suelo de la cocina. Tanto se acuesta con Eric como le rescinde la invitación a su casa. Tanto sonríe a un dependiente como usa su poder para sonsacar información.Y tiene los redaños de meterse con Pam: " I'm in no mood for lesbian weirdness tonight, Pam". Puede parecer que el personaje no es congruente, pero estamos ante un espectáculo visceral y trepidante. Aquí no hay tiempo para profundas reflexiones sobre el bien y el mal, hay que actuar y Sookie actúa llevaba por las emociones que la dominan, luego ya se atendrá a las consecuencias.


Nuestra Sookie siempre se ha sentido fuera de lugar por ser diferente y por eso es capaz de ser tan empática y receptiva con todos los seres que van apareciendo en las sucesivas temporadas de la serie. Aún recuerdo la naturalidad con la que recibió a Bill:
Bill Compton: May I ask you a personal question?
Sookie Stackhouse: Bill, you were just licking blood out of my head. I don't think it gets much more personal than that.
O el sarcasmo con el que se toma la vida:  "I shouldn't be taking walks with handsome strangers. It never ends well." Porque una cosa hay que admitir, nuestra Sook es divertida.

En medio de la locura que es True Blood, ella siempre encuentra la palabra correcta, el sentimiento adecuado, la pulsión necesaria para seguir adelante.
A three-thousand-year-old vampire wants to suck my blood. Must be Thursday!
 No se deja dominar por el miedo ni se paraliza ante la amenaza, ha aprendido a convivir con esas emociones y a convertirlas en su fuerza. No consentirá que nada ni nadie amenace su vida, a su familia (Jason no sabes la suerte que tienes) o a sus amigos (Tara no deberías seguir enfadada). Sookie, es el alma de Bon Temps y de True Blood. En ese cuerpo bronceado coronado por una melena rubia se concentra toda la esencia de la serie: es divertida, es rompedora, es insustancial, es fuerte, es sangrienta, es vengativa, es inesperada, es el sur vampirizado soñado por la Harris y reimaginado por Ball. Es excesivo y sensual y siempre efectivo. Sookie es la síntesis de todo lo bueno y todo lo malo de Bon Temps. Adorarla es tan sencillo como disfrutar viendo True Blood.

3 comentarios:

Emilia S dijo...

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besoss!!
Emilia

María Florencia dijo...

A mí siempre me cayó bien, la verdad. Sus frases con sarcasmo también me gustan. ¡Tengo que seguir con la última temporada, que me he quedado ahí y me han contado algo! :P

Anónimo dijo...

Eu vin a primeira tempada polos abdominais do rubiales. Logo xa non puiden máis. Que horrore.

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